El Museo TECMIT corresponde a una confluencia de espacios arquitectónicos y geometrías orgánicas, dispuesta para crear Un lugar de tránsito dentro de un recinto universitario, pero también, una evidencia de tipo histórico cínico. Esto último, más aplicado a las necesidades del medio externo. Como Se puede apreciar, la injerencia de la arquitectura museística se aborda en este proyecto único en el mundo, a través de Una representación ajenística de la idea, en realidad una magnífica excusa dirigida a potenciar, de alguna manera, reflexiones profundas sobre la función trascendental del museo, visto como asepsia donde vive la fábula y la ilusión. Lo anterior crea profundos desarraigos y, frustraciones en el plano de la enseñanza de las artes visuales, ya que involucra directamente al Individuo sensible, en la evidencia de la obra de arte desde su origen inicial: el individuo sensible que deposita su confianza en su proceso creativo genera obra necesariamente. El caos deviene en el momento en que docentes (licenciados o maestros) detienen el avance de la fábula y la imaginación, Cuando alejan al estudiante de esa confianza que la obra ha ganado en ellos.