No miraré su rostro es, como lo afirma el autor en sudedicatoria, un "ejercicio de la memoria". Así lo asegura también, alfin y al cabo quien habla no es quien escribe, el narrador en las primeraspáginas: es una fiesta de la memoria en donde se confunde "el antes con eldespués", porque el volumen que el lector tiene entre sus manos es una"subversión de lo vivido". Esta novela se adentra ?de la mano delnarrador, ante el féretro de su padre? en un ...