Siempre observados por los prejuicios de la gente, los hermanos Kendrick eran tan opuestos como el día y la noche. Mientras que a Seth, el mayor, lo catalogaban como el mismísimo Sol del sistema que formaban sus familiares y compañeros, a Joshua todos lo veían casi como una luna: oscuro, alejado, distante. El Sol era la estrella más majestuosa de todas: era brillante, cálida y siempre el centro de atención. La luna, en cambio, era una entre tantas... y nadie la veía a menos que su hermano, el Sol, reflejara su luz sobre ella. Encandilados por tanto brillo y sin posibilidad de observar más allá, las personas no pudieron comprender la importancia de la noche. Y Thomas Hazard, uno de los tantos planetas que orbitaban a los Kendrick, no fue diferente de los demás. Sin embargo, en medio de su búsqueda ansiosa por estar cerca del Sol, terminó topándose con el astro equivocado. ¿Y QUÉ DIFERENCIA HABÍA ENTRE EL SOL Y LA LUNA GUANDO TE AVENTURABAS A CONOCERLOS DE CERCA EN LUGAR DE ADMIRARLOS DESDE LA DISTANCIA?