Publicadas en 1613, Cervantes quiso que su ejemplaridad estribara en su capacidad de provocar admiración, pero sin traspasar los límites de la verosimilitud. El título se trata de un ardid para atraerse la benevolencia de los censores. Las hay picarescas, líricas, irónicas, etc., hasta completar el número de doce. El éxito del libro fue tal que solo en el siglo XVII, incluyendo las traducciones, fue impreso sesenta veces. Al frente de dicho volum...