Una ciudad moderna nace en medio de los escombros de la vieja Pekín: torres multifamiliares se alzan como lápices hacia lo alto en oposición a la vieja China pobre y rural de Mao. En la calle un océano de bicicletas, triciclos: es el reino de las dos y tres ruedas y del caos, un caos amable, complaciente como la sonrisa de sus habitantes, quienes conversan sentados en el suelo, con los zapatos al lado.Colores y olores arremeten contra los sentidos del narrador de este viaje y frente a él una serie de personajes que dibujan la ciudad en el nuevo milenio: un prestigioso editor que tiene entre sus manos la primera traducción china de Moby Dick, elegantes prostitutas rusas que se cuelan en las mejores fiestas, ejecutivos nacionalistas convencidos de que China será la potencia económica del siglo XXI.En esta crónica de viajes Santiago Gamboa exploró los avatares políticos, las guerras libradas, la religión, las continuas convulsiones culturales y sociales, las manifestaciones artísticas, la literatura, el idioma, en fin, los rasgos más íntimos y esenciales de un país desconcertante y maravilloso al que más que conocer, sólo es posible intuir.