Esta es una novela corta que trata de recordarle al mundo que los actos terroristas, ejecutados por cualquier ser humano con cualquier propósito, pueden lesionar a la humanidad sin distingos de raza, de religión, de etnia, de educación, de tendencias políticas, de nacionalidades, de georeferenciaciones. Es la profunda reflexión de una persona común y corriente inmersa en la infinita estela del devenir cotidiano, que no entenderá nunca, por qué su familia se desintegra, viviendo a miles de kilómetros del apocalíptico desplome; no es la descripción de un atentado, ni de la barbarie producida, es la memoria ancestral de nuestra plurietnia, que aflora en el momento en que la humanidad se estremece por la tragedia, pero también es la esperanza de que la oscuridad producida por el terror, no puede ser total ni para siempre y que las estrellas en su inexorable peregrinación, no podrán ser opacadas en su intento perenne por alumbrar el mundo. Es la profunda reflexión de una persona común y corriente inmersa en la infinita estela del devenir cotidiano, que no entenderá nunca, por qué su familia se desintegra, viviendo a miles de kilómetros del apocalíptico desplome; no es la descripción de un atentado, ni de la barbarie producida, es la memoria ancestral de nuestra plurietnia, que aflora en el momento en que la humanidad se estremece por la tragedia, pero también es la esperanza de que la oscuridad producida por el terror, no puede ser total ni para siempre y que las estrellas en su inexorable peregrinación, no podrán ser opacadas en su intento perenne por alumbrar el mundo.