El lector de Ojo avizor estará sitiado por innumerables voces que le han de susurrar los resquebrajamientos que presenta el entorno, mismos por donde ha de colarse la voz poética. Nos sitúa, Amaranta Caballero Prado, tanto en la piel de la frontera norte mexicana, la que duele, la que cala, la amurallada, como en la metamorfosis de higuera a humano en un proceso de infrutescencia; nos remite también a la palabra que sabe a cuerpo y viceversa; al ...