La historia se escribe cada vez más en primera persona. Los historiadores no se limitan ya a reconstruir e interpretar el pasado; ahora sienten la necesidad de incluirse a sí mismos en sus historias. Se ha creado un nuevo género híbrido, ejemplificado en particular por las obras de autores como Ivan Jablonka o Philippe Artières, que ofrecen la narración de sus investigaciones y describen sus emociones con un estilo muy literario. A la inversa, si...