Los últimos años parecían inaugurar la modernidad, sin embargo, terminaron destruyendo lo poco que teníamos. Los economistas liberales y sus epílogos nos deslumbraron con la teoría del derrame tan sólo para encubrir el proceso de la concentración, ofreciendo primer mundo para todos. Hoy queda claro que ese cielo era exclusivo para los predicadores.Este libro intenta superar el resentimiento y las críticas personales, pero también evitar la solemn...