Desde los tiempos de Caín y Abel, la convivencia humana parece condenada a padecer conflictos y violencia debido a las injusticias, las venganzas y los odios de diverso cuño. Junto con ese destino, la humanidad experimenta el ansia de una coexistencia armónica, como requisito para alcanzar el desarrollo y la verdadera paz, que se sitúa más allá del mero silencio de las armas. Todos los análisis concluyen que, para lograrlo, se requiere el diálogo...