«Cayo´ una mariposa y dos y tres. En la aroma´tica nadaba un pez y el eucalipto buscaba la pluma del trino» En un esfuerzo constante por encontrarse y mostrar que su fantasi´a au´n esta´ inacabada, la protagonista colecciona horas y tedios, desplegando una percepcio´n aguda, inquieta e idealista, atada a los li´mites de un hospital psiquia´trico campestre. Pernambuco, sus ventanas, muebles y pacientes, como espejismos prolongados entre los corredores, emiten luces intermitentes de una trascendencia entredicha. Los recuerdos deslei´dos de la protagonista transitan por escenarios cotidianos y melodi´as mutables, buscando abrazar aquella esfera que no cambia nunca.