El desarrollo y la prosperidad de las naciones depende del valor de su gente, de sus hábitos, sus costumbres, de su capacidad de organizarse para crear riqueza y bienestar o de administrarla eficientemente. Las personas jurídicas son el reflejo legal del espíritu asociativo, que es un hecho natural, consustancial a la vocación del hombre por la solidaridad y la fraternidad, que conlleva la relación entre el ciudadano, el hombre común y corriente ...