Las plazas fundacionales no solo representan la génesis de la ciudad latinoamericana, son también el receptáculo de la memoria histórica de cada sociedad. En las ciudades de fun-dación española, la plaza se distingue por ser el núcleo a partir del cual se traza y desarrolla el área urbana. Esta condición ha establecido una similitud constante en la disposición y el crecimiento de las capitales del sur del continente americano, en la que se comparten no solo características de implantación, sino semejanzas temporales y estilísticas en la implementación de modelos europeos para la consolidación espacial de este recinto. Las frecuentes variaciones formales de la plaza hasta el siglo XIX consistían en la incorporación de principios estéticos o utilitarios, pero a partir del siglo xx se convirtieron en un propósito de las naciones para exaltar en el espacio los valores culturales y libertarios propios de cada país, en un afán común por construir una imagen de nación soberana. Históricamente, los procesos de transformación incorporaron a la plaza diferentes formas y elementos, con el fin de exaltar valores referidos a una comunidad en un tiempo determinado. Las plazas fundacionales de las capitales latinoamericanas se han transformado a través de la historia de acuerdo con los procesos socioculturales, económicos y políticos comunes, en los cuales las naciones siguerion un modelo que respondía a tendencias europeas de uso del espacio público.