El poeta que se adentra por la poesia erotica es de suyo un ser temerario -y en no pocas ocasiones inocente o si se quiere candoroso- En cualquier caso una vez tomado el riesgo el poeta debe hacer uso de un lenguaje en extremo perspicaz en el que la lucidez no de al traste con la emocion en el que nada anuncie verdades inamovibles para que el hombre y la mujer puedan encontrarse tal y como siempre han sido como son y como podrian llegar a ser es ...