Ensordecemos nuestros o237dos ya no se escucha el ruido exterior nadie se para a mirar las caras de la gente
Se acabaron las historias de amor en vagones de metro miradas que buscar entre tumultos de personas ni siquiera miramos a quien viaja a nuestro lado
Miradas cabizbajas enganchadas en pantallas de luz ya no existen libros entre las manos ni revistas que hablen de vidas ajenas
Matamos las primeras horas del d237a con rutina sin sue241os en e...