Un conferenciante exclamó ante su auditorio -Que levante la mano quién piense que el mundo debe cambiar-, y todo el mundo levantó la mano. Luego añadió -Que levante la mano quién se haya propuesto cambiar-, y nadie la levantó. El orador hizo una pausa y concluyó -Eso es soñar-. Pero no nos pongamos pesimistas. Quién piensa que el mundo debe cambiar ya está a punto de despertar. Para despertar...