En los últimos diez años, el mundo se ha tornado más imprevisible, más violento. En especial luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, ningún país es seguro, nadie está a salvo. La vulnerabilidad es universal.Para la autora, especialista en cuestiones nucleares y de seguridad internacional, los signos precursores de esta situación fueron la pérdida de control de los Estados, el constante aumento de las víctimas civiles en los conflicto...