Un día, cuando era seminarista en Cracovia, Karol Wojtyla encontró pegada en la puerta de su habitación una nota que rezaba: «FRUTO SANTO.» Se trataba de una broma de sus compañeros, que hoy se revela como profética. En 2005, Benedicto XVI dio por iniciado el proceso de canonización de Juan Pablo II y designó como postulador a monseñor Slawomir Oder, que en este libro excepcional ofrece en exclusiva los entresijos de su trabajo de recogida de documentos y testimonios, arrojando de este modo luz sobre aspectos ignorados y esenciales de la vida de Juan Pablo II, que contribuyen a un conocimiento mejor de esta figura esencial de la Iglesia del siglo XX.