El autor construye en este último libro una nueva serie de 17 puentes. Los califica de trasatlánticos. Lo son en muchos sentidos. Lo son, en primer lugar, en el sentido espacial literal de la palabra: permiten transitar, ir, venir, volver, retroceder, avanzar, entre el Viejo Mundo europeo (más particularmente Bélgica y Flandes) y el Nuevo Mundo americano (en particular América Central). Este último ámbito se atraviesa de Norte a Sur, de Guatemala...