Desde el comienzo de la historia el hombre sabe que él es el objeto de estudio por excelencia, pero parece que no se atreviera a abocarse a este problema. A veces inicia la tarea, pero pronto se ve sobrecogido por la inmensidad de esta ocupación y vuelve atrás, para intentarlo otra vez después de cierto tiempo. En este libro el lector hallará la historia de la meditación del hombre mismo: desde Kant, que señaló con gran agudeza la tarea propia de...