Muchedumbres aborregadas frente al televisor, señoras que buscan a Dios con prismáticos y no se dan cuenta de la belleza que las rodea, feligresas que se confiesan vía e-mail, niñas confundidas que hacen preguntas comprometedoras a sus padres, trabajadores que se afanan en construir «la destrucción» del futuro, errores informáticos que terminan en situaciones absurdas...
Cada viñeta de Quino es una flecha de dos puntas. Una punta da de lleno en ...