Pensar la salud, hasta la fecha, es una tarea que jamás se ha emprendido en Occidente, pues la preocupación fue siempre negativa: el rechazo de la enfermedad, la superación de la pobreza y otras expresiones semejantes. Es posible decirlo en términos fuertes y directos: el llamado a la salud coincide con un auténtico giro civilizatorio. Occidente siempre supo solamente de la enfermedad y cómo vencerla; hoy...