“El ejercicio académico de por sí es motivador. Alguien ha dicho, con sobrada razón, que la academia no deja envejecer a las personas. La escritura, igualmente, se convierte en un ejercicio rejuvenecedor. A lo largo de mi vida profesional en la docencia, en cargos directivos docentes y en el ejercicio mismo de la abogacía, he podido observar un abismal desconocimiento de las normas que rigen la profesión docente y su ejercicio profesional.Es preo...