Cuando me di cuenta de que ese no era mi carro, era, como dicen, demasiado tarde. Cuando prendí el carro equivocado, y salí del garaje del centro comercial como si no pasara nada, no me imaginaba que llegaría a un edificio desconocido, a un apartamento desconocido, a un mundo desconocido.En el parqueadero del centro comercial Hacienda Santa Bárbara, Pablo Uribe toma por equivocación el carro de la familia Silva Romero, idéntico al suyo, que el ch...