Quizá este libro no debería haber caído en sus manos. Aún están a tiempo. No se dejen engañar por su portada colorista ni por las ilustraciones del interior. Sólo quieren atraparlos. Y cuando lo consigan disfrutaran haciéndolos pasar miedo, mucho miedo. Entonces, después de leer uno o dos relatos, no les quedara más remedio que correr a esconderse en un lugar seguro. O quizá prefieran echarle valor y estremecerse de puro gozo leyendo estas veinte...