Dicen que cada cual tiene la caraque se merece. La de Gonzalo Arango no fue una: fueron dos, tres caras, tancontradictorias, tan escandalosas, tan atormentadas como su vida. La de susprimeros reportajes es la de un muchacho de pelo corto, ojos tristes y miradadulce, de corbata y saco oscuros, con aire de seminarista recién salido delconvento. La segunda, la de sus reportajes en Cromos, es la de un hippie de losaños sesenta, con el pelo hasta los ...