La malnutrición persistente no sólo está contribuyendo a un fracaso ampliamente generalizado en el logro del primero de los objetivos de desarrollo del milenio, que es reducir a la mitad la pobreza y el hambre, sino también de otros objetivos relacionados con la salud materno-infantil, el VIH/SIDA, la educación y la equidad de género. La prevalencia de peso insuficiente en la población infantil es un indicador clave para medir el avance frente a la pobreza no relacionada con los ingresos, y la malnutrición sigue siendo el problema de salud más grave en el mundo, así como el factor que más contribuye a la mortalidad infantil. En los países en desarrollo, casi una tercera parte de la población infantil tiene peso insuficiente o retraso del crecimiento, y más del 30% de la población general carece de micronutrientes. Además, están surgiendo nuevos problemas relacionados con la malnutrición: la epidemia de obesidad y enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación se está propagando a los países en desarrollo, y la malnutrición está relacionada con la pandemia del VIH/SIDA.En el libro se argumenta a favor de un aumento en la inversión en los programas de nutrición por parte de las organizaciones para el desarrollo y los países en desarrollo. Esta justificación se fundamenta en la evidencia que indica que la magnitud del problema es muy grande y que las intervenciones en nutrición son esenciales para acelerar la reducción de la pobreza, tienen una estrecha relación entre los costos y los beneficios, y pueden mejorar la nutrición con más rapidez que el crecimiento económico por sí solo. Por otra parte, una mejor nutrición puede impulsar el crecimiento económico. El informe propone a la comunidad internacional para el desarrollo y a los gobiernos nacionales una estrategia global para acelerar las medidas orientadas a mejorar la nutrición.En el libro se argumenta a favor de un aumento en la inversión en los programas de nutrición por parte de las organizaciones para el desarrollo y los países en desarrollo. Esta justificación se fundamenta en la evidencia que indica que la magnitud del problema es muy grande y que las intervenciones en nutrición son esenciales para acelerar la reducción de la pobreza, tienen una estrecha relación entre los costos y los beneficios, y pueden mejorar la nutrición con más rapidez que el crecimiento económico por sí solo. Por otra parte, una mejor nutrición puede impulsar el crecimiento económico. El informe propone a la comunidad internacional para el desarrollo y a los gobiernos nacionales una estrategia global para acelerar las medidas orientadas a mejorar la nutrición.