Diez semblanzas, sin duda, no son suficientes para hacernos comprender cuán diversa es la condición humana, pero sí bastan para inducirnos a intuir que no hay norma, plantilla o formato que sea capaz de agotar la complejidad de una vida singular. El íntimo esmero con que son delineados los retratos, pues la mayoría -si no todos- hace parte de círculos mediados por lazos de familiaridad o amistad, sumado al hecho de que no estamos en presencia de ...