La muerte por envenenamiento en noviembre de 2006 del ex agente de los servicios secretos rusos Aleksandr Litvinenko sacudió a la opinión pública mundial e instaló una creciente sospecha de que los mismos servicios secretos pudieran estar detrás no sólo de su muerte sino de todos los terribles sucesos que en vida había denunciado. La publicación en 2003 de Rusia dinamitada, coescrito con el historiador Yuri Felshtinski, fue algo más que un ajuste...