Un recluso en una celda. En la pared el reglamento de la cárcel. En el dorso del reglamento, pegadas con miga de pan, unas veinte fotos de asesinos quizá también de algún atleta recortadas de la prensa; «para los más puramente criminales», un marco hecho con cuentas en forma de estrella: «Y en honor de los crímenes de todos ellos se escribe este libro». Jean Genet escribió Santa María de las Flores, su primera novela, en 1942, en la prisión de Fr...