Bajo supuestos teóricos tradicionales, los procesos de integración y la liberación comercial favorecen el crecimiento económico de los países dado que mejoran la expansión del comercio en general, así la disminución o eliminación de aranceles y barreras al comercio generarán comercio, La evidencia empírica del enunciado anterior comenzó a analizarse luego de la Segunda Guerra Mundial cuando el comercio se liberó considerablemente: la formación de la comunidad europea y otras áreas de libre comercio, unidas a las reducciones arancelarias, llevaron a un incremento sustancial en el comercio mundial promoviendo el crecimiento económico de los países. En este orden de ideas, los procesos de integración regional fomentarán escenarios positivos para los países. Sin embargo, el nuevo escenario de la economía está modificando los determinantes de esta competitividad, por ejemplo, se han incrementado las medidas proteccionistas, existen cambios tecnológicos que transforman la forma de intercambiar, entre otros factores. Por ello, es necesario definir nuevas estrategias de inserción internacional que creen oportunidades con base en las dinámicas de las economías y el intercambio de los países, considerando los retos que esto presentaría para los procesos de integración regional. Este libro es una compilación de reflexiones sobre la naturaleza de la integración regional en América latina, sus obstáculos y sus oportunidades de consolidación.