El contenido del Segundo Tratado sigue siendo uno de los pilares fundamentales del Estado democrático moderno. Además, el libro refleja una vena de jovialidad esperanzada que, aún hoy, en el tercer centenario de su primera publicación, sigue dando a sus páginas el vigor de lo actual. Para consuelo de quienes se dedican a las labores de la especulación filosófica y de la teoría política, este Segundo Tratado es también, si no bastara lo demás, pru...