«En el colegio te enseñan a distinguir entre feliz, triste y enfadado.
Pero lo del sentimiento de culpa no te lo explica ni dios».
La comunicación entre Zerocalcare y su padre siempre ha sido difícil y frágil. Un viaje juntos al pueblo de sus ancestros, perdido en el Véneto, al pie de los Dolomitas, puede ser la excusa perfecta para conocerse mejor. "La montaña nunca olvida", reza una pintada en un muro del lugar. A lo largo de los tres actos...