«Esto no es un breviario. No lo es, en el sentido litúrgico del término, por cuanto no son lecturas de obligado cumplimiento. Aquí cada uno puede leer lo que quiera y cuando quiera. Másaún: puede leerlo, incluso, como quiera. En el orden que quiera. Interpretándolo a su modo. En libertad.Tiempo habrá de estudiar en profundi dad la obra del autor, joven todavía y dueño ya de un «corpus» considerable. Pero en una primera —y breve, forzosamente...