Ver para creer, como el apóstol Tomás: para conocer, como el antiguo Sacerdote que contempla los astros; para amar y acceder a Dios, como creían los neoplatónicos; pero sobre todo, ver para saciar los ojos, ávidos de descubrir el mundo. Esta colección de ensayos escritos con una elegante y seductora prosa explora las relaciones entre observador y observado: desde los antiguos mitos griegos, que narran el castigo de Acteón por mirar la belleza fas...