La aceleración de los ritmos sociales es estrategia económica de primer plano y produce, en el cotidiano, un difundido culto a la urgencia capaz de erosionar las posibilidades de control de parte de los individuos, los que se ven constreñidos a confrontarse con la incerteza y la ingobernabilidad del futuro. La relación con el tiempo se transforma y cambia el modo de construir experiencia. Carmen Leccardi indaga las culturas temporales del nuevo m...