La presente obra aborda la importancia que tiene, tanto de manera personal como social, la salud de la población, ya que de ella depende su desarrollo; se analiza y se dan argumentos que justifican la obligación del Estado de garantizar el derecho a la salud de la personas, bajo la óptica de que si no se goza de salud, no se puede gozar de los demás derechos humanos como la libertad, la educación, el trabajo o el esparcimiento y, por otro lado, que el Estado prima facie está obligado a vigilar que exista una adecuada distribución de la riqueza. De no cumplir con ello, genera que un amplio número de personas no puedan sufragar los gastos para tener acceso a la salud, generándose así una obligación solidaria del Estado. En sus páginas también se aborda el análisis argumentativo sobre diversas sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) en las cuales se toca en tema de la salud de las personas y cómo va evolucionando su jurisprudencia hasta llegar a considerar a la salud como un derecho autónomo y exigible directamente ante dicha instancia, aun cuando la salud no esta prevista en la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Por ello se hace una interpretación sistemática de todo el corpas iuris para llegar a criterios novedosos que dejan de considerar a la salud como un derecho residual del derecho a la vida y a la integridad personal para conceptualizarlo como un derecho autónomo y de exigencia directa ante la CoIDH.