Hay recetas que pasan de madres a hijas durante generaciones para formar un corpus culinario familiar. Todos recordamos los sabores del fogón de la abuela, aquellos platos guisados a fuego lento que eran el alma de cualquier reunión o fiesta y que hoy nos gustaría poder volver a saborear... Con este libro podemos revivir ese delicioso pasado en nuestra mesa. Desde cómo hacer una masa de pan hasta cocinar un potaje de los de antaño, pasando por recetas populares como la paella, el rosbif, la quiche Lorraine o un buen paté y, por supuesto, sin olvidar aquellos postres caseros como la cuajada y la tarta de calabaza, y aprendiendo a surtir una buena despensa con frutas confitadas y mermeladas. No es necesario buscar el asesoramiento de los grandes cocineros, ni tratar de innovar siempre. Para comer bien basta con seguir los consejos de la abuela que, pacientemente, ha preparado siempre lo mejor de su despensa. Hagamos un paréntesis en la prisa de este mundo globalizado y para ello, comencemos guisando otra vez para los nuestros los platos de la cocina de siempre.