El texto invita al lector a recorrer la fascinante labor que Samuel Máynez hizo para la reconstrucción de la partitura vivaldiana titulada Moctezuma que, tras casi tres siglos de haber desaparecido, fue encontrada en Ucrania en el año 2000, con muchas mutilaciones severas y en un estado de conservación tan precario, que su reconstrucción era obligada.