Gracias a los libros el pequeño Stanley descubrió que el mundo era mucho más grande que el terrible orfanato donde lo habían encerrado. Así que ni corto ni perezoso se escapó, dispuesto de conocerlo de punta a punta. Trabajó como soldado, marinero, pescador de ostras y periodista. Pero su trabajo más fascinante seria viajar hasta el corazón de África para encontrar al explorador más famoso (y más perdido) del mundo: el doctor Livingstone....