No puede dudarse hoy que el espacio socio-cultural y político de Occidente se caracteriza por ser una sociedad secularizada. Por tal concepto se entiende que la influencia tradicional de las religiones en los espacios públicos se ha modificado sustancialmente y que muchas de sus manifestaciones se han desvinculado, en gran medida, del liderazgo moral de sus autoridades. El pluralismo religioso se expresa cada vez más fluido y movible y las autor...