Esto empieza cuando un camello tiene que salir por piernas y le enchufa una mochila llena de farlopa a su vecino de rellano. Ocho quilitos de nada. Y que se la guarde mientras él está fuera. Eloy -porque el vecino se llama Eloy- se acojona, se caga encima, no sabe qué hacer. Y así pasa las semanas, muerto de miedo con los ocho quilos escondidos bajo la cama. Pero un día, para vacilar con los colegas en el parque, coge un poco de coca. Y después u...