Parece que nos estamos acostumbrando a que las historias que nos cuentan en la televisión, y en general en los medios de comunicación, deben ser oscuras y tener como protagonistas a personajes que llaman la atención. Es como si tácitamente se aceptara que los relatos surgidos de la infamia son los únicos mediáticamente posibles, y que un personaje trabajador y sencillo no tiene nada que contar ante la demoledora tragedia que parece caracterizar l...