En la primera década del siglo XXI hemos asistido a profundas transformaciones, y todo indica que la velocidad y brusquedad de los cambios continuará. Estamos frente a un cambio de era en la que la complejidad de los desafíos económicos, sociales, medioambientales, y espirituales sigue creciendo. Las reglas de juego se han modificado para siempre y valores tradicionales como el control y la estabilidad han cedido protagonismo a favor de nuevos va...