El concepto de derecho asentado en la mentalidad jurídica actual responde a un modelo profundamente estatista, racional y formal. Sus premisas se construyen de acuerdo con las estructuras y los discursos políticos que se desarrollan durante las postrimerías de la Edad Moderna en Europa y triunfa definitivamente con las revoluciones burguesas. Las formas jurídicas desarrolladas como fundamento y sostén del Estado-nación burgués alientan el monopolio de la producción y de la aplicación del derecho por parte del Estado. Así como el carácter unitario del ordenamiento legal. Consecuentemente, el derecho se representa como un sistema excluyente y capaz de organizar autónomamente sus presupuestos de legitimidad, sus prácticas y sus discursos.