Robert Cunninghame Graham es un misterio fascinante para un sedentario como yo. El caballo, animal peligroso, al cual propicio con manzanas y azúcar cuando no lo puedo evitar, lo monta y domina intrépidamente, pero con un verdadero sentido republicano de los derechos del prójimo cuadrúpedo, cuyo martirio, y la vergüenza del hombre ante ello, ha contado vigorosamente en su Calvario, un cuento con un filo que cortará los corazones blandos de los cr...