Fernando Panesso tenía que cumplir la tarea diplomática y también, a su modo, desbravar la mitología del "turco". La grande, la ciclópea cobertura del Imperio Otomano, había borrado confines y amparado con su pasaporte unívoco a sirios y libaneses, jordanos y palestinos que habían llegado a América con el único gentilicio de "turcos". "Si creemos en los historiadores ibéricos, sean españoles o portugueses", recapitula el escritor brasilero Jorg...