A despecho de esta nueva realidad social, los caleños manteníamos la ficción de vivir en la "ciudad cívica de Colombia", "la capital mundial de la salsa", "la ciudad deportiva de América': "la sultana del Valle", "la sucursal del cielo". Contrariando lo evidente, que desde hacía años nuestros muchachos desesperanzados caían en las garras del vicio y el delito, que nuestras calles estaban infestadas de delincuentes y cuchilleros, que los cinturone...