Cuando un huevo se abre, nadie sabe qué sorpresa saldrá de su interior. Y lo cierto es que el pingüino de la señora -y del señor Emperador no era exactamente lo que todos esperaban... —¿Dónde se ha visto un pingüino friolero? -exclamó el oso. Sus cariñosos y comprensivos papás le pondrán un abrigo con seis botones bien abrochados y- esperarán a que la maravillosa forma de ser del pequeño Juanito le ayude a desabrochárselos en una preciosa his...