El destino quiso que a partir de cierto momento de mi vida me hubiera convertido en el portador de dos lenguas: la china y la francesa. ¿Pero fue realmente el destino o ¿hubo acaso algo de albedrío Sea lo que fuere, he intentado enfrentar este reto asumiendo, a mi manera, las dos lenguas hasta sus últimas consecuencias. Son dos lenguas complejas que comúnmente calificamos de grandes, cargadas de historia y de cultura, y sobre todo, dos lenguas de...